A los a 45 años de la Muerte del Obismo del pueblo; lo recordamos con el respeto de siempre y la admiración que merecen quienes entregan su vida a los demás sin importar el camino y la lucha que deban transitar.
El Beato Monseñor Angelelli vivió un camino martirial al ponerle cuerpo al modo eclesial propuesto por el Concilio Vaticano II. Una Iglesia que, fiel a su origen trinitario, busca ser una “Gran familia” donde todos pueden participar, donde constantemente se busca al que está más alejado, donde los pobres son el centro de la comunidad.
Para vivir en esta Iglesia era necesario tener un “oído en el Evangelio y el otro oído en el pueblo”. O sea dar tiempo a la escucha: escucha de Dios en la Oración, en la Palabra, en la Eucaristía; y escucha de los hombres para percibir sus alegrías y búsquedas, sus lamentos y heridas… buscando, como él mismo decía “descubrirle el alma al palo”.
Hoy el Papa Francisco nos pide fuertemente que transitemos como Iglesia un camino Sinodal. Donde cada uno pueda poner en común lo que el Espíritu le va suscitando. Para ello tenemos que fortalecer nuestra vida espiritual y dar mucho lugar a la escucha del otro recibiéndolo como viene. Dispuestos a hacer camino con él y a crecer juntos.
ANGELELLI EL POETA
También quien fuera el 3° obispo de La Rioja, era un hombre que escribía y homenajeaba a la creación de Dios. Queremos compartirles una oración hecha poema para la celebración de Misa de Nochebuena de 1971; en ella se van detallando distintas situaciones que se vivían en la época y que no son tan distintas a las que vivimos ahora. Mons. Enrique verdaderamente podía tenía un oído en el pueblo y el otro en el Evangelio.
Oración de la Nochebuena
Señor...
yo te pido esta noche,
que nos des a cada uno de nosotros,
valentía, coraje y decisión.
Porque hay muchas cosas por hacer
casas dignas para tantos que son tus hijos,
hay que hacer y buscar fuentes de trabajo
porque no hay pan.
Hay que buscar, no sé cuántas soluciones,
para curar las enfermedades,
y hay que solucionar los problemas
de la educación y el descanso.
Cuántas cosas
te tendría que pedir esta noche!!
Señor, yo te pido por mí mismo,
una cosa fundamental:
que me hagas fiel,
que no me canse nunca
de pronunciar tu nombre.
Y caminar con mi pueblo,
ayudándole a que todos pechemos juntos.
Amén